Más allá de la Isla de la Bondad, se nos presentan unas sombras que van haciéndose cada vez más llamativas.
A lo lejos, las siluetas, comienzan a tomar formas de montañas y, mientras más nos acercamos a ellas, más podemos apreciar los perfilados picos que les sirven como sombreros.
Escandalosos, chistosos y agradables. Creo que todos tenemos la fortuna de conocer una persona que podemos describir así.
Los magos o animadores tienen una afinidad natural por el humor, lo que los hace fácilmente ser el centro de atención en las conversaciones grupales. Suelen tener un lado estrambótico y llamativo que los hace identificables, incluso desde lejos.
¿Quieres saber algo curioso?
¡Puedes conseguirlos fácilmente en el campo de la docencia!
Y es que los magos encuentran una línea común entre todos sus pares. Viven para compartir ideas y anécdotas. ¿Sabes qué profesión aprovecha eso al máximo? ¡Exacto! Es por eso que muchos recordamos a esa maestra que era muy buena contando historias o a ese profesor que se emocionaba bastante explicando un contenido. Se veía natural para ellos, en contraste con los demás. Es porque lo era.
Por ser diseminadores de conocimiento, los magos pueden engañarse a ellos mismos y pensar que todo lo que dicen es cierto. Muchas veces no lo hacen por mal, es sólo que no pueden evitarlo. Los magos suelen combatir esta tendencia con su postura natural de ser ligeros, o hasta superficiales, en sus perspectivas. Sin embargo, en sus momentos más oscuros pueden hacerse maestros retorciendo la verdad y manipulando los hechos para satisfacer sus necesidades personales.
Creo que a más de uno se nos vino a la cabeza un vendedor, o vendedora, que conocimos en algún momento, pero, al igual que pasa con los servidores, los magos no están ligados a ninguna profesión. De hecho, creo que todos conocemos personas de este tipo en toda clase de ámbitos laborales. Se dice que son aquellas que no sólo tienen que tener la última palabra, si no las últimas 50.000.
Si quieren un consejo a la hora de tratar con este tipo de personas:
Aprende de ellas lo que puedas y no pierdas tu tiempo discutiendo con ellas porque muy pocas veces lograrás algo.
Eso si, si quieres convencer a alguien de algo, búscalos.
La vida en el escenario
Amantes del centro de atención, los magos sienten que viven la vida constantemente sobre un escenario. Para ellos las risas y emociones que provocan a los demás son equivalentes a una ovación de pie al terminar una presentación. Es por esto que pueden verse más enfocados en hacer reír al grupo que en comunicar y conectar con ellos.
Esta necesidad de estar siempre en la palestra puede ser un obstáculo a superar cuando estén interesados en apoyar a otras personas. Muchos magos viven pendientes de su propia novela y no dejan espacio para escuchar la narración de los demás.
Todos tenemos cosas malas, es normal, no por eso dejamos de ser nosotros. Es lo mismo que pasa con los magos. A pesar de poseer estas características que comenté, jamás dejarán de ser divertidos, de sorprendernos y de traer ese showmanship que envuelve a todas sus actividades cotidianas.
¿Quieres saber como identificar a estas almas tan geniales o saber si eres una de ellas?
Hay un dicho muy antiguo que nos dará una pista grande al respecto:
Los ojos son la ventana del alma.
Existe una razón para que las miradas de cada persona, indiferentemente de su color de ojos, se sienten un poco diferente. Lo que ocurre es que las miradas no pueden callar los anhelos del alma y, por ende, son el delator más grande para identificar a las personas.
Aquí te dejo algunas características comunes de los magos:
Los ojos de los magos son expresivos y pícaros. Se ven como si siempre estuviesen entretenidos con algo, o si tuviesen un secreto que no pueden esperar a compartir.
Los magos no siempre son bromistas, pueden ser bastante serios cuando la situación lo amerita. Aunque cuando sonríen, pierden toda la seriedad. Cuando un magos sonríe, sus ojos bailan con una chispa que es contagiosa y desvergonzada.
Cómo son tan expresivos, sus rostros pueden parecer de goma, lo que les permite mostrar un sin fin de expresiones. No hay mejor ejemplo de esto que Jim Carrey. Suelen ser atractivos, lo que les ayuda en su objetivo constante, llamar la atención y ser notados.
Son extraordinariamente buenos para recolectar y repartir información que puede cambiar situaciones, emociones e incluso vidas.
Por ser un espectáculo con pies, tienen la habilidad natural de capturar nuestra atención y entretenernos, al mismo tiempo que nos enseñan maneras de engancharnos a la vida de una forma diferente.
Coloridos, centellantes, expresivos, carismáticos, perceptivos y jamás aburridos, los comunicadores brillan en la multitud. Escojan ser estrambóticos o informativos, son emisarios de la condición humana. Lo que hacen mezclando la picardía con la sabiduría.
¿Te sentiste identificad@ con lo que acabamos de describir?
¡Felicidades, estás aproximadamente dentro del 11% de la población mundial!
Hasta la próxima y recuerda compartir esto con tus amig@s magos.
Con cariño, Fer.